viernes, 6 de mayo de 2011

Lo olvidable.


Es posible olvidar?

Sólo si ya no lo deseamos.



Mientras tengamos el recuerdo, el pensamiento, el resentimiento, el odio, la añoranza o lo que sea, no olvidaremos.


De eso trata el siguiente texto, nacido en algún rincón oculto del Parque del Retiro en Madrid, España, una tarde cualquiera de primavera.





El olvido no es algo que llegue

Sólo por quererlo o desearlo

Y es precisamente eso

Lo que muchos pasamos por alto


La amnesia amorosa

Es inversamente proporcional

A las ganas que se tengan de olvidar.


Odiar no es olvidar

Hacer la vida imposible no es olvidar

Fingir dicha con la mejor de nuestras caras

Cuando el objetivo en específico pasa por delante

Tampoco es olvidar.


El olvido es lo que sucede

Con lo que comimos la semana pasada:

Ya lo disfrutamos en su momento

Ya nos nutrió, nos devolvió la vitalidad

Y lo expulsamos de nuestro cuerpo

Sabemos que no volverá y no nos importa

Pues sabemos que, de quererlo

Podemos volver a comer

Quizás no exactamente el mismo plato

Pero uno similar

Que puede incluso llegar a ser mejor.


Eso es el olvido:

La indiferencia,

La carencia de esperas,

El silencio en el estómago,

Los minutos volviendo a nutrirse

De nuevos y mejores momentos.


La vida no nos garantiza el olvido

Ni la muerte tampoco lo hará.


Qué divertido es encontrarse con la verdad de frente:

Nuestros olvidos sólo llegarán

El día en que los hayamos olvidado.

3 comentarios: