lunes, 25 de abril de 2011

Aquello que no tiene precio.










Juntamos, moneda a moneda, el dinero para comprar aquello que tanto deseamos.

Esperamos, minuto a minuto, con el estómago hecho un nudo, por ese día que tanto queríamos que llegara.


Lo que compramos termina aburriéndonos.

Lo que esperamos termina decepcionándonos.


La belleza está en lo simple.

Que lo cotidiano siga deslumbrándonos.

Siempre.






Compraventa


Vendo mi cuerpo al mejor postor

Vendo dos almas inexistentes

Vendo un Te quiero como amigo

Vendo un salto a la inconsecuencia


Compro pastillas de amnesia

Compro podadora de césped

Compro una idealización que exista

Compro alas, aunque sean de mosca.


Permuto pan por una copa de vino

Permuto karmas por rosarios

Permuto sexo por tareas escolares

Permuto vida por una más fácil.


Regalo ropa que ya no uso

Regalo un beso que nadie quiso

Regalo una historia una y mil veces contada

Regalo una resaca de esas bravas, de año nuevo.


Lo único que no vendo, compro, permuto ni regalo

Es la imagen en mi mente

De tus despertares en la mañana

Con los ojos semicerrados

Con tu pelo hecho un desastre

Con el aliento a los mil demonios

Y con mi sonrisa de oreja a oreja.



lunes, 18 de abril de 2011

Un encuentro inexistente


Soñamos. Vivimos. Seguimos soñando.

Idealizamos. Nos alimentamos de esperanzas que nos inventamos, quizás para hacernos la existencia más llevadera.

Pero, indefectiblemente, llega el momento de la verdad.

No existes,

No existo.





Quería encontrarte

Entre el montón de libros viejos

Que me llevaron a tu olvido


Quería besarte

Luego de tantas largas noches

Recordando sombras


Y de pronto, sin quererlo

Caí en cuenta

De que siempre fuiste un espejismo


Que las formas de tu cuerpo

Jamás me habían rozado


Que te concebí perfecta como siempre

Y nunca habías existido.



"Bendigo a las mujeres de mala vida,

A las causas perdidas,

A los sueños rotos.


Son ellas las que me mantienen vivo.

Son ellos los que me hacen seguir intentándolo."


jueves, 14 de abril de 2011

Tres palabras.

Mi nuevo libro ya tiene nombre: Pensar, sentir y resentir.
¿Por qué?
Luego de mucho pensarlo, creo que estas tres palabras condensan el actuar humano en un orden no necesariamente lógico, pero sí bastante cuerdo.

Generalmente, ante mis libros suelo ser hermético. Hay gente que aún me pregunta por el significado de algunos fragmentos de Instantes Elementales.
Esta vez, quiero hacerlos parte de esto. Me encantaría llegar a hacerlos entender qué lleva a una persona a escribir un libro como éste. Sencillo, pero más directo y humano que nada que haya escrito antes.

Tengo claro (y asumo desde ya) que tal vez mucha gente se lleve una sorpresa al leer mi nuevo libro, no necesariamente positiva. Quienes esperan más poesía de amor que otra cosa, tal vez se sientan decepcionados.

Pensar, sentir y resentir es un libro pensado para recrear una óptica de "vida fuera de la vida" en 50 textos. Es ambicioso, lo sé, pero es lo que en esta ocasión me nació crear.

Iré publicando, en la medida de que el tiempo me lo permita, historias relacionadas acerca de cómo surgieron los textos que componen el poemario y algunos fragmentos de ellos.
Como siempre, el feedback será enormemente agradecido.


Los invito a realizar este viaje conmigo.






Ésta es la historia
De alguien que,
Aburrido de buscarle una razón al tiempo,
Decidió salir a su encuentro.

Ésta es la historia
De alguien que,
A doce mil kilómetros de distancia de su vida
Encontró respuestas entre la soledad y el silencio.

Ésta es la historia,
jamás contada,
De cómo decidí perderlo todo
Con tal de encontrarme.

- Texto que abre Pensar, sentir y resentir.